lunes, 23 de julio de 2007

Un Altar Religioso

Texto: Dagoberto Tejeda
Fotos: Nilda Mencia
ALTAR MUESTRARIO DE LA RELIGIOSIDAD POPULAR DOMINICANA

Como resultado de un proceso sincrético de creencias mágico-religiosas (españolas-africanas-indígenas) surge desde el inicio de la formación social dominicana, la religiosidad popular como respuesta y como propuesta de espiritualidad, definiéndose como parte de la identidad nacional a partir de un proceso de criollización y dominicanización.
En este proceso de creatividad hay un lenguaje formal donde “un altar muestra” como este, nos presenta a santos católicos que en un código secreto popular subversivo se convierten en deidades de origen africano , donde la virgen de la Altagracia (que está al centro), madre espiritual del pueblo dominicano, se convierte en madrina protectora ; de Santa Ana (a la derecha), en “Ana Isa”, metresa símbolo del amor y la sexualidad, esposa de San Miguel padrino de “Belie Belkan”, el Lua o Misterio más querido en dominicana.
Como ejemplo también a la izquierda, tenemos a la dolorosa que se convierte para los creyentes en “metresilí”, la metresa símbolo de ternura y la delicadeza, esposa de “Ogún Balenyó”, San Santiago.
Hay por lo tanto en la religiosidad popular dominicana, un mundo material que se formaliza en los santos católicos y un mundo mental simbólico, que son las y los dioses africanos que sus seguidores conocen como metresas, luases o misterios.
Las deidades indígenas se identifican por sus personajes históricos como “El Cacique Caonabo”, Enriquillo o Guaroa, La Cacica Anacaona. También como personajes de leyendas, como “Vanahí” o la creatividad popular como “La India del Agua” o La India del Mar”.
El Altar muestra, presenta como expresión pedagógica, elementos utilizados en los rituales y ceremonias mágico-religiosas. En el centro, está la copa divisional con agua, que concentra todas las energías positivas, con cintas de colores, símbolo de todas las metresas, luases y misterios; como parte del intercambio religioso, se han incorporado collares de la santería cubana.
A su lado derecho, una maraca que muchas veces se sustituye por una campanita para invocar a la deidades; a la derecha agua de colonia, para purificación de los creyentes.
En el extremo izquierdo del altar, está el espacio para las deidades indígenas que trabajan con el elemento agua en un ambiente natural lleno de plantas. Encima, en el altar, hay una muestra de agua para los baños rituales de purificación y perfumes sagrados. Detrás, ron y cerveza como ofrenda para la deidades.
En el extremo derecho del altar muestra, están las barajas para la adivinación, una de las técnicas que utilizan los sacerdotes populares o “servidores de misterios” y una muestra de la literata que circula en el mundo de creencias que se mezclan e intercambian.
Debajo, en el mismo extremo derecho, está el espacio de los “Guedé”, división que trabaja con el elemento tierra, cuya sede esta en los cementerios donde se destaca San Elías, cuya correspondencia protectora es “El Barón del Cementerio”, jefe de esta división y su hija “Marta La Dominadora” y la deidad con la mayor capacidad para eliminar las energías negativas de sus seguidores, cuyo color es el morado y su símbolo es la serpiente.
En el extremo derecho del altar, en la ventana, hay una muestra de pañuelos rituales de diferentes colores. Cada color representa a una metresa o a un Lua. Por ejemplo, el rojo representa Papa Candelo Sedifé; el amarillo a Ana Isa; el negro al Barón del Cementerio; el morado a Marta La Dominadora y el azul a Ogún Balenyó (San Santiago).


Santiago de Cuba, Festival del Caribe, Julio 2007.
Dagoberto Tejeda Ortiz
Sociólogo

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